11/11/2013

NOTICIAS DESDE JIPI JAPA

Hemos recibido noticias de nuestro querido Manuel Rodicio, quien fuera Delegado de Misiones de la Diócesis de Ourense, y que continúa la labor emprendida por Aurelio Grande en la Misión Diocesana de Ecuador.

Manuel Rodicio, desde Jipijapa: "Hoy la pobreza es menor, pero más insultante"

Hace algo más de veinte años, respondiendo a un hondo anhelo misionero de muchos, y de la mano del siempre recordado Aurelio Grande, nacía el compromiso entre nuestra Diócesis de Ourense y la de Portoviejo en el Ecuador.
¡Cómo no recordar la ilusión que supuso para muchos! "Eso no hace falta votarlo" dijeron unos en el Consejo de Presbiterio y los aplausos aclamaron la idea. "Mandemos, al menos, seis curas"…

Tres, fuimos los curas iniciadores. Ecuador era por aquellos tiempos un desconocido para muchos. ¿Dónde queda Ecuador? Aun hoy hay un amigo que cuándo me ve, me dice: "Estás en el Perú ¿No?". Ecuador, hoy país de emigrantes y siempre un país diminuto (como media España) en un continente de países grandes. Allá llegamos en enero de 1993. Y nos encontramos con una tierra hermosa, exuberante, inundada de niños y de vida... al tiempo que empobrecida. Casas de caña, techos de paja... y deseo de crecer en la fe, de tener sacerdotes. Portoviejo era la cabecera de una Diócesis de un millón de habitantes, en un territorio como la mitad de Galicia y tenía sólo ocho curas nativos de un total de cincuenta. Y allí asentamos, con Jipijapa como base, desplazándonos a un montón de parroquias rurales gracias a coches todoterreno o a lomo de caballo. Hasta ochocientos bautizos en un año...
Fue tiempo de ilusión, obras y animación: Dispensario, Botica, Albergue, Viviendas populares... con la ayuda decisiva desde Ourense en recursos y personas.¡Cuántos orensanos pasaron por aquí y dejaron una estela de bondad y entrega!
Nuevo impulso, se lo dieron las Misioneras del Divino Maestro, que aquí siguen con su Escuelita y sirviendo a la parroquia hasta hoy, y el relevo de personas, siempre escaso, acorde con el tiempo actual.
Pasados veinte años seguimos en la tarea. En en una sociedad que está despertando... y donde los pobres son más pobres. Hace veinte años la sensación era la de una pobreza generalizada. Hoy comienza a haber coches, móviles, tablets... posibilidades para algunos... y miseria para los que no alcanzan ese mundo de ensueño. Diría que hoy la pobreza es menor pero más insultante.
Y la Iglesia de Portoviejo... florecida... con casi setenta curas nativos (para millón y medio de habitantes) y un puñado de extranjeros y religiosos... Una Iglesia viva y con un montón de necesidades y limitaciones. Una Iglesia más adolescente que madura, pero con una vitalidad envidiable. Y ahí seguimos, sirviendo, multiplicándonos, con días de muchas horas, muchas más de veinticuatro, José Manuel y yo, en el nombre de la Iglesia Diocesana de Ourense.



0 comentarios :

Publicar un comentario