"Mis
queridos Diocesanos:
Ya han pasado varias
semanas desde aquel momento en el que la noticia de un fuerte
terremoto en Ecuador golpeó nuestro corazón con fuerza.
Inmediatamente me puse en contacto con Mons. Lorenzo Voltolini,
Arzobispo de Portoviejo, una joven iglesia con la que nos encontramos
hermanados desde hace varios años, pues en ella se encuentra la
misión diocesana de Jipijapa. También pude intercambiar impresiones
con D. Manuel Rodicio, uno de nuestros sacerdotes en misión
destinado en estos momentos en Zona Pastoral de Manta, una de las
ciudades más golpeadas por el seísmo. A los dos les manifesté
tanto mi dolor y preocupación, como el de esta Iglesia ourensana, en
especial por tantos fieles con los que había compartido una hermosa
experiencia de fe en el pasado mes de diciembre. Les comuniqué que,
en la medida de nuestras posibilidades, contasen con nuestra ayuda.
En un primer momento me
aconsejaron que esperara un poco y, desde la Conferencia Episcopal me
manifestaron que era necesario aguardar a que transcurrieran unas
semanas hasta poder hacer una evaluación de los cuantiosos daños y
las necesidades a las que podíamos hacer frente. Sé que algunas
personas, y la misma Delegación Episcopal de Misiones hizo llegar
algunas ayudas, pero ¡no son suficientes!
Había pensado en
realizar una colecta en las Misas que en un domingo se celebran en
toda la Diócesis; sin embargo, pienso que una vez realizada esa
colecta, una gran mayoría de fieles cree que ya ha cumplido. Creo
que es necesario mantener en el tiempo nuestra ayuda,
independientemente de las colecta oficiales ya programadas, de este
modo procuraremos que nuestro compromiso no quede circunscrito a una
acción aislada y concreta, sino que se convierta en un reclamo
constante de solidaridad y de participación en las tareas de
reconstruir aquellas comunidades que necesitarán mucha ayuda en los
próximos meses. Os ruego que, de acuerdo con vuestra situación,
podáis hacer la aportación que estiméis conveniente y la hagáis
llegar a la Delegación de Misiones, a Cáritas o en las mismas
Oficinas del Obispado. ¡Dónde os sea más cómodo!
En el momento oportuno
se harán públicas las aportaciones, tal como nos lo exige la
normativa legal de trasparencia, bien por medio de la Secretaría de
Información del Obispo, o por la misma Delegación Episcopal de
Misiones.
Os ruego, además, que
hagáis llegar esta carta a los organismos, entidades, empresas o
particulares que puedan ayudarnos a que esta colaboración sea más
efectiva.
Que el Señor y su
Santísima Madre, y que San Francisco Blanco de O Tameirón, patrono
de los misioneros diocesanos, nos ayuden en esta tarea solidaria que
nos hemos propuesto."
Con
afecto os bendice
+ J.
Leonardo. Bispo de Ourense
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