2/05/2020

CELEBRANDO A SAN FRANCISCO BLANCO


El sábado día 2 hemos  celebrado la fiesta de nuestro Santo  San Francisco Blanco, patrón de los Misioneros Diocesanos.  Como todos los años participó un nutrido grupo de la Parroquia de Santiago de Las Caldas y los chicos del Seminario Menor que hicieron las delicias a la gente del pueblo de Tameirón- A Gudiña. Presididos por el Sr. Obispo D. Leonardo, el Delegado de Misiones y un nutrido grupo de sacerdotes de la zona, se hizo la procesión  alrededor del pueblo, culminando con la Eucaristía, para continuar con la comida compartida.
Mª Carmen Pintos de la P. Santiago de Las Caldas, lo describe asi ;
  "Primer sábado de febrero del año 1981. Invitadas por la Delegación de Misiones, llegan a un pequeño pueblo del Concello de A Gudiña, cinco niñas y su monitora para participar en la Eucaristía que ese pueblo celebra en honor al santo nativo del lugar”. María del Carmen Pintos .

Este es el inicio de una historia que dura ya 39 años. A lo largo de todo este tiempo, cada primer sábado de febrero, un grupo de la parroquia de Santiago de las Caldas, peregrina a O Tameirón para honrar a San Francisco Blanco, santo misionero nacido en el pueblo y muerto mártir en Japón. Es la historia de una respuesta fiel a una invitación, también fiel, a compartir una jornada con los habitantes de un pueblo que nos recibe con una sonrisa, con los brazos abiertos y echando de menos a los que, por diversos motivos, algún año no han podido ir.

La visita a Tameirón está llena de recuerdos: el café caliente con bizcocho al bajar del autobús para entrar en calor; un vecino calentando el horno del pueblo para que pudiésemos preparar la comida; y ese local que ahora nos acondicionan para que estemos a gusto a la hora de comer. Todo el que va alguna vez quiere repetir la experiencia, ya sean niños o adultos, sin importar las inclemencias del tiempo o lo largo que pueda ser el viaje. Estando allí nos sentimos uno más del pueblo: asistimos a la procesión, celebramos la Eucaristía, cantamos el himno a San Francisco Blanco, aprendemos la historia del santo escuchando los “gozos” que al final de la celebración se entonan mientras se besa su reliquia y, por supuesto, cantamos y bailamos en la plaza del pueblo. En esta etapa de Asamblea Sinodal que estamos viviendo, esperamos que esta historia continúe y, caminando juntos y en la misma dirección, hacer realidad la letra del himno a san Francisco Blanco: “hacer de todos los caminos campo para sembrar trigo de amor”. 

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