1/28/2021

Descansa en Paz - D. José Temes Vázquez

D. José Temes Vázquez
La Diócesis de Ourense pierde al misionero ourensano José Temes Vázquez fallecía el martes 26 de enero de 2021 en la ciudad de Barquisimeto (Venezuela), a los noventa años de edad. Había nacido en la pequeña parroquia de Santa María de A Barra, en el municipio de Coles, próximo a la capital. Después de estudiar en el Seminario Diocesano, fue ordenado presbítero el día 29 de junio de 1957 con un grupo numeroso de compañeros, siendo de los mayores del curso, y de los cuales viven cinco, jubilados y residentes entre Ourense y Coruña.
Su vida ministerial, de más de 60 años en activo, se puede articular en dos partes simétricas. La primera se reparte (hasta 1988) en esta Diócesis. Aquí ha servido, tras una breve estancia en Couso y Baíste, en la zona de Avión, en la parroquia de San Salvador de Lumeares, siendo al mismo tiempo administrador de Fontao, Montoedo y Cristosende, en la ribera del Sil, en la comarca de Caldelas, en los complicados años de la postguerra, siendo trasladado a comienzos de los ochenta a San Martín de Villarrubín, encargándose más tarde de Carracedo y la parroquia de los Peares, próximas a su lugar de origen. 
La vocación de salir de su tierra le viene originada por encontrarse su único hermano (fallecido hace año y medio) en Venezuela, a la que, como tantos gallegos, había ido de emigrante para labrarse un futuro mejor. Atendiendo a la llamada de su hermano, y de la necesidad de sacerdotes en América, deja su tierra y se encamina a servir en aquel país donde lo necesitan, lejos de su familia, pero con los que mantiene el contacto más frecuente. Recala en la Arquidiócesis de Barquisimeto y, sustancialmente, es párroco de la parroquia de San Felipe de Barbacoas, donde ha estado veintisiete años y a la que ha se ha sentido tan unido, que ha sido su deseo ser enterrado allí y descansar esperando la Resurrección. 
Nunca olvidó su diócesis de origen, en la que siguió incardinado, la que le ayudó siempre, especialmente en la difícil situación de aquel país, tan distinta a la que se encontró D. José a finales de los ochenta cuando llega a Venezuela. Según testimonio directo de los sacerdotes, que se han encargado de velar por él en estos últimos diez días de enfermedad, fue muy querido en aquella archidiócesis entre el presbiterio. Le definen como “sacerdote sin tacha”, lo que confirman los fieles que le caracterizan como alegre, locuaz, caritativo, compartiendo, lo que era y tenía, con aquellos a los que el Señor le había puesto en el camino para que los sirviera. Su última estancia entre nosotros fue hace dos años, permaneciendo un tiempo largo en la Casa Sacerdotal, y manteniendo la relación con su querido pueblo de Venezuela, a través de las asociaciones de migrantes que hay entre nosotros. Se puede decir que D. José Temes mantuvo su corazón sacerdotal entregado entre las dos riberas del Atlántico, y que aunque descanse su cuerpo en una de ellas, ambas se unen en el Dios de Nuestro Señor Jesucristo, que lo llamó a la vida, a presidir a su pueblo representándole sacramentalmente y al que pedimos esté ya, para siempre, en su compañía en el Cielo ¡Descanse en paz y hasta la Eternidad!

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