
Como siempre la gente
del pueblo nos esperaba con mucha
alegría y ya nos tenían preparado un local, para poder comer y protejernos
del frío. En la homilía D. Leonardo nos animaba a ser misioneros en medio de
nuestros ambientes de trabajo y estudio, como San Francisco Blanco
estamos llamados a ir renunciando a nuestras comodidades para salir a las
"periferias" y ser misioneros en medio de nuestras gentes y amigos. Hemos
tenido muy presentes a todos los misioneros y las
tareas evangelizadoras de nuestra diócesis.
Que San Francisco Blanco nos ayude a ser sal para nuestro
mundo.
Y en palabras de nuestro deledado de Misiones, D. Adelino,
GRACIAS a todos los
que hicieron posible la peregrinación y participaron en
ella.
Carlos Arce
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